Descubriendo a los Ángeles


Comparto estos hermosos textos para una competa comprensión de la existencia angelical escrita por Sheikh Hisham Kabani an-Naqshbandi.

Muhammad Hisham Kabbani (nacido el 13 de Safar 1364-28 enero de 1945) es un prominente libanés-estadounidense sufí y es un maestro espiritual en la línea de la Orden Naqshbandi-Haqqani Sufi.





¿Qué son los Ángeles?

Los ángeles son la esperanza de la humanidad. Ellos son la fuente de luz y de energía de la creación. Ellos son las luces de todo buscador, el oasis en todo desierto, las olas en todo océano, el manantial de todo río, el cristal de todo diamante. Son el rocío del cielo en cada hoja. Son la vida en cada gota de sangre en seres animados, el impulso detrás de cada célula viva. Son la fuerza conductora de las constelaciones y las galaxias. Son las estrellas y los soles y las lunas en cada firmamento. Los universos nadan en sus órbitas. Ellos son los superpoderes conocidos por todas las tradiciones, creencias y filosofías.
Es universalmente conocido, basado en estas fuentes, que Dios creó a los ángeles para que llevaran a cabo Sus ordenes y transmitieran los mensajes que atañen a los seres humanos. Los ángeles son seres honorables y sutiles, creados de luz, que están al servicio de su Señor. Ellos ejemplifican las cualidades de perfección, obediencia y dedicación. Poseen ilimitados poderes milagrosos, a través de los cuáles pueden alcanzar a cualquiera en un instante para ayudar y curar, para servir y consolar, para amar y ser amado.
Los ángeles toman cualquier forma que ellos deseen en el mundo físico en cualquier momento o lugar. De igual manera que el agua cristalina toma la forma de la taza en la que es vertida, los ángeles pueden tomar la forma de cualquier creación que ellos visiten. Ellos no conservan su total forma de luz original cuando son enviados a los seres humanos. "Di: Si hubiera en la tierra ángeles caminando seguros, Nosotros hubiéramos enviado de los cielos un ángel (sin cambios) como mensajero" (17:95). Los ángeles pueden aparecer como pájaros, como seres humanos o como una forma de luz, como un arco iris adornando el cielo. Tienen una mente y un corazón, pero no tienen voluntad ni otro deseo que el de servir y obedecer a Dios. Nunca son demasiado orgullosos como para no obedecerlo.
Los ángeles alaban día y noche sin fatiga. No necesitan dormir, ya que sus ojos nunca se cansan. No conocen la distracción. Su atención nunca para. Su alimento es la glorificación a Dios. Su bebida es santificar y magnificarlo a Él. Su intimidad viene de llamar a su Señor a través del canto de himnos y alabanzas. Su placer es servirlo a Él. Están libres de cualquiera y de todas las trabas psicológicas. No sufren cambios de humor.
Los ángeles habitan el Paraíso y los siete cielos. Son más devotos que los seres humanos porque fueron creados antes que ellos con facultades mayores y más poderosas. Son más piadosos que los seres humanos, porque son inocentes e incapaces de caer en errores o equivocaciones. Nunca piden perdón para sí mismos, sino siempre por los seres humanos. Esto nos muestra lo mucho que nosotros les importamos y hasta que punto Dios los creó para que cuiden de nosotros. Dios hizo de ellos nuestros guardianes, porque un guardián es más perfecto que aquél a quien cuida.
Los ángeles tienen más conocimiento que los hombres. Nuevamente, el profesor es mejor que el alumno. Su conocimiento es de dos tipos: intelectual y tradicional. "Intelectual" aquí significa: "de la esencia de la realidad" o "del corazón". "Tradicional" significa: "revelado y traducido desde el cielo".

Las Dimensiones Espirituales de los Ángeles. 

Las dimensiones espirituales de los ángeles tienen aspectos diferentes. El ángel es una luminiscencia sublime. Su conocimiento es perfecto y completo porque conoce el secreto de lo no visible y está enterado de los secretos escondidos de la creación. Su conocimiento es real, activo, y continuo. La acción del ángel es genuina, porque los ángeles están encargados de servir, y su cometido es llevado a término con perfección.
Los ángeles tienen influencia sobre todo en la naturaleza, incluyendo la naturaleza humana. Nada puede crecer en el planeta tierra: ni árboles, ni césped, ni vegetación, ni vida, sin su intervención. Se puede ver el efecto del poder angélico en el crecimiento de una pequeña planta empujando en el medio de una gran roca. Un poder especial se derrama sobre esa planta desde arriba, un poder que es esencialmente angélico.
Por permiso de Dios, los ángeles son el poder detrás de cada movimiento y de cada acción en el dominio físico de este universo. Ellos tienen el poder de cambiar las órbitas de las estrellas y los planetas, de ajustar los movimientos de las galaxias, y de proteger a la tierra del movimiento de otros cuerpos astrales tales como cometas y asteroides. Ellos de ninguna manera sienten el peso de esta carga sea cual sea, porque ellos están fuera de la dimensión de la gravedad. Son capaces de mover los vientos como quieran. Las nubes aparecen y desaparecen como ellos quieren. Los terremotos se mueven bajo sus órdenes. Los volcanes erupcionan bajo su ejecución. Continentes enteros emergen del mar y son sumergidos a través de su poder. La naturaleza florece por la fragancia de su toque celestial.
Los ángeles habitan los planetas en movimiento, la estrella polar y todas las estrellas fijas de todas las demás galaxias. Las órbitas son como sus cuerpos cuyos corazones son los planetas. Los movimientos de estos planetas en sus órbitas son la causa de los cambios en la Tierra. Los movimientos de los ángeles en este universo tienen una influencia en los estados de los seres humanos. De los movimientos de estos ángeles, por orden de Dios, se realiza la conexión entre los movimientos de las galaxias. La transmisión de señales, incluso a millones de años luz de distancia de nosotros, afectan los estados de la naturaleza humana. De esta forma, el mundo celestial siempre mantiene influencia sobre el mundo terrenal.
Todo es creado en jerarquías y todo está conectado con lo que está arriba. Los seres humanos siempre miran hacia arriba, no hacia abajo. El deseo de mejoría está fundado en ellos tanto a nivel material como espiritual. Todo en la creación siempre busca ese modelo. El principio de las influencias celestiales se funda en esto: el efecto de lo ascendente sobre lo descendente y el anhelo de lo descendente por lo ascendente.

Luz Angelical.

De la luz angelical Dios creó el sol. Esto le permite a este mundo ver todos los objetos materiales que previamente estaban envueltos en la oscuridad. Sin esa luz del sol, nada puede ser visto. El resultado de la creación de la luz es la formación del día y la noche. Sin embargo, el sol está siempre brillando, día y noche, y su luz nunca se extingue. Porque la tierra gira sobre su eje, se siente el cambio entre los dos estados. La tierra hace parecer como si la luz del sol se extinguiera. De forma similar, el poder angélico siempre brilla sobre la tierra. Sin embargo, el giro de los seres humanos alrededor de sus deseos crea un día y una noche en sus corazones: un lado brilla y el otro está en la oscuridad.
Puesto que la luna no tiene luz propia, toma su luz del sol. Este siempre brilla y se refleja en la luna como un espejo, por eso la luna parece un cuerpo brillante. De la misma forma los seres humanos, aunque están inscriptos por un poder angélico, se obscurecen a través de la opresión de sus egos. No obstante, ellos están en una posición de brillo constante, brillando mucho más radiantemente que la luna.
La luna no posee nada de la luz del sol en sí misma; sólo refleja de la mejor manera. El poder esencial, pertenece al sol. De igual forma, Dios ha colocado y organizado, en cada órbita de los paraísos, cielos, galaxias y planetas, una creación que difiere de una órbita a otra. Ellos actúan como espejos, que reflejan la luz de los ángeles desde la divina presencia. Este fenómeno celestial, extiende esa luz angélica en forma de espejo para el beneficio de los seres humanos y otras creaciones. Esa luz "es subordinable" a cualquier cosa que la creación necesite; nace del poder angélico, es el propio poder angélico en sí mismo. Verdaderamente, es la esencia de la bondad y beneficia a todos los lugares de la creación.
Así como los ángeles se mueven en la divina presencia, sus luces se mueven dentro y sobre las órbitas que Dios creo para ser gobernadas por ellos. Los poderes angélicos, afectan los movimientos y los contenidos de estas órbitas. Puesto que estas órbitas reflejan las luces angélicas sobre la tierra, vemos como los seres humanos pueden sucesivamente, ser afectados por el movimiento de órbitas en sus vidas. Las luces angélicas también afectan las emociones, el humor, el carácter y las acciones.

Vestimenta Espiritual.

Los elementos y las cualidades de los seres humanos y de otros objetos creados en la tierra, varían de acuerdo a sus respectivas distancias de la fuente de poder angélico. Por lo tanto, encontramos diferencias entre los seres humanos, aunque sus cuerpos son similares. Esto se debe, a que ellos difieren respecto a sus conexiones con los ángeles. En realidad, las diferencias no están en los cuerpos, sino en los atributos y características espirituales de los seres humanos.
Los seres humanos poseen desde la niñez ó bien las características de bondad y santidad, ó las de maldad y extravío. Esa es verdaderamente una imagen real de la "vestimenta" espiritual de los seres humanos y sus jerarquías: uno recibe un poder angélico, mientras que el otro no. Esto es lo que hace que uno sea mejor que el otro, al igual que los diamantes son superiores a las esmeraldas, que a su vez son mejores que los zafiros, y éstos, mejores que los rubíes. Todas éstas son joyas preciosas, pero varían en su excelencia. No obstante, todas estas joyas son más preciosas que el oro. El oro es más precioso que la plata, y la plata más preciosa que el hierro. El último acaba como fragmentos, mientras los otros siempre se mantienen como elementos valiosos.
La luz es mejor que la oscuridad. Lo transparente es mejor que lo opaco. Lo sutil es mejor que lo denso. La persona iluminada es mejor que la que está en la oscuridad. Un carácter bello es mejor que uno malo. Aquel que llama a la bondad es mejor que el que llama a la maldad. Aquel que es discreto, valiente, generoso, paciente, es mejor que el que posee odio, enemistad, maldad, codicia y avaricia. Todas las características anteriormente mencionadas, dependen de la cercanía o la lejanía, de sus respectivos portadores, de las fuentes de poder angélico.
Por lo tanto, en este mundo el espíritu humano es un signo que señala borrosamente la perfección del mundo superior. Es como la luz de la vela en relación a la luz del sol, o una pequeña gota en relación al océano. La luz angelical es el medio de la visibilidad de la luz en la tierra, ambas material y espiritual. Nosotros conocemos al sol por sus rayos. De igual forma, conocemos acerca de Dios por las creaciones de los cielos y de la tierra, cuya percepción se origina por el brillo de la luz angélica sobre ellos, y sus expresiones a través de la revelación por intermedio de esa luz. Para nosotros no existe oscuridad más profunda, que la no existencia de la luz angelical; ni una luz Divina más enérgica que la luz angelical. La aparición de cada cosa singular es el  resultado de esta luz, al igual que la existencia de cada cosa procede de la existencia de la luz angelical. De esta forma, Dios preserva la creación a través de la luz de los ángeles.
Otra forma de describir la manera que el espíritu humano manifiesta el mundo celestial, es mediante la analogía del eclipse solar. Si una porción del sol es eclipsada, ustedes pueden ver el sol en una taza de agua. El velo del eclipse es la luz angelical. Esto hace posible contemplar la fuente de luz. Los seres humanos son en sí mismos, como un velo o un eclipse de la luz angelical. Esto significa, que ellos eclipsan la luz angelical, la cuál eclipsa la luz de Dios. De este modo, ustedes pueden ver los atributos del Creador a través de Sus maravillosas creaciones. Este es el significado del dicho del Profeta Muhammad, "Piensen en las creaciones de Dios. No piensen en Su esencia."
Los espíritus de los seres humanos pueden ser descriptos como átomos dentro del mundo celestial, y sus cuerpos como las casas de sus espíritus. Ahora bien, la casa tiene un estado y el habitante de la casa tiene un estado diferente. Es claro para nosotros, que el habitante es más honorable que la casa, ya que la grandeza de la casa depende de su habitante.
Estos espíritus humanos son una parte real del espíritu angélico. Es por esto, que la condición para la entrada del alma al paraíso de una persona moribunda, es que primero sea aceptada en el reino angélico, como hemos dicho. Esa también es la causa por la cuál el espíritu humano está capacitado para recibir la transmisión de los poderes angélicos, como un radar satelital está hecho para recibir la transmisión de la estación principal.
En la medida en que las personas estén conectadas con los poderes angélicos, ellas indudablemente, se convertirán en más y más importantes para otros seres humanos en la tierra. Sin embargo, los cuerpos humanos siguen siendo un compuesto de diferentes elementos mezclados. Los cuerpos de los ángeles, por otro lado, son hechos sólo de la luz de la divina presencia. Es importante saber que esta diferencia nunca desaparece en el mundo material. Es por esta causa que los ángeles prefieren ayudar a los espíritus de los cuerpos de los profetas, ya que los espíritus proféticos han elevado sus receptáculos corporales a tal punto que es dónde ellos obtienen todo tipo de estados gnósticos y espirituales. Esto, sucesivamente, les permite convertirse en antorchas de luz, desparramando regalos celestiales y llevando el mensaje de Dios a Su creación. Todas estas relaciones entre ángeles y profetas, santos y gente piadosa, son obtenidas por voluntad de Dios y con Su permiso.

Creencia en los Ángeles

"Y en el día cuando El los reúna a todos juntos, El les preguntará a los ángeles: ¿Los alabaron ?" (34 :40).
"¿Por qué, entonces, no se le ha puesto a él brazaletes de oro, o por qué no ha venido acompañado de ángeles ?" (43 :53).
Se dice que la palabra "ángel", viene del latín "ángelus", la cuál es copiada del griego "angelos" (mensajero). En árabe la palabra es "malak" o "malaak", plural "malaa’ikat". La raíz árabe del verbo "alaka", que significa "dar un mensaje", confirma la conexión etimológica de ángel con la función de mensajero de Dios de las lenguas semíticas.
La existencia de los ángeles es uno de los pilares de la creencia de la mayoría de las tradiciones religiosas, y es así también en el Islam. Dios menciona a los ángeles en el Corán, en más de noventa y nueve lugares diferentes. Ellos también ocupan lugares prominentes, en las narraciones del Profeta Muhammad, y en muchos relatos de santos, y de hombres y mujeres piadosos del pasado reciente y del presente. Las páginas siguientes son una pequeña selección de algunos de los relatos y explicaciones, que nos han llegado de estas tres fuentes.
El Corán dice, "El Mensajero cree en aquello que le ha sido revelado por su Señor y los creyentes también. Todos ellos creen en Dios, en Sus ángeles, Sus escrituras y Sus mensajeros - Nosotros no hacemos distinción entre ninguno de Sus mensajeros - Y ellos dicen : nosotros escuchamos y obedecemos, otórganos Tu perdón, Señor nuestro. El viaje es hacia Ti" (2 :285).
Dios, de este modo, ordena a todas las personas a creer en Sus ángeles, como una obligación igual a la de creer en El mismo, en Sus libros y en Sus mensajeros.

Ángeles del Corán

"Pero Dios mismo testifica que lo que Él te ha revelado, lo ha revelado con Su conocimiento; y los ángeles también testifican. Y Dios es testigo suficiente" (4 :166).
Dios ha creado un árbol en el séptimo cielo, en cada hoja se encuentra una letra del Corán. Cada hoja es un trono tallado en una piedra preciosa, y cada letra es representada por un ángel sentado en ese trono. Cada ángel es la llave a diferentes océanos de conocimiento sin fin, que no tienen ni principio ni fin. En cada océano hay un universo completo con su propia y única creación. El que bucea en estos océanos, es el Arcángel Gabriel. Fue él quien llevó al Profeta las perlas de esos océanos cuando se apareció ante él y dijo tres veces: "¡Recita!" A esta orden el Profeta Muhammad cada vez respondía: "¿Qué debo recitar?" y Gabriel dijo:  

Recita : En el Nombre de tu Señor Quien creó,
Creó al ser humano de un coágulo.
Recita: Y tu Señor es el Más Generoso,
Quien enseñó a través de la pluma,
Enseñó al hombre aquello que no conocía (96 :1-5).

En ese momento, el Arcángel le llevó al Profeta dos piezas verdes de tela del cielo, una de ellas estaba decorada con todo tipo de piedras preciosas de la tierra, y la otra con elementos preciosas del cielo. El abrió la primer tela y le dijo al Profeta que se sentara sobre ella. Le entregó la segunda y le dijo que la abriera. Cuando la abrió, recibió el Corán con letras de luz, y le fue revelado el secreto de ese árbol del séptimo cielo. Quienquiera que lea el Corán con sinceridad y devoción, será capaz de entrar a estos océanos de conocimiento y luz.
El Profeta Muhammad vio una tabla hecha de raras perlas debajo del Trono de Dios y otra tabla de esmeraldas. Sobre la primera estaba el primer capitulo, Surat al-Fatiha, que consiste en siete versos, y sobre la segunda tabla estaba el Corán completo. El le preguntó al Arcángel Gabriel: "¿Cuál es la recompensa de aquel que lea el Capítulo de Apertura?" Gabriel dijo: "Las siete puertas del infierno estarán cerradas para él y las siete puertas del paraíso estarán abiertas para él." El Profeta preguntó: "¿Cuál es la recompensa de aquel que recite todo el Corán?" Gabriel contestó: "Por cada letra que él recite, Dios creará un ángel que plantará un árbol para él en el paraíso." Luego el Profeta vio una triple luz radiando en tres dimensiones y preguntó qué era. Gabriel dijo: "Una de ellas es la luz del Verso del Trono (2 :255), la segunda es del "Surat Ya Sin" (Capítulo 36), y la tercera es el Surat de la Unidad (Capitulo 112). El Profeta Muhammad preguntó: "¿Cuál es la recompensa de aquel que recite el Verso del Trono?" Gabriel respondió: "Dios dijo: ‘Es Mi Atributo, y quienquiera que lo recite, me verá a Mi sin velos en el Día del Juicio.’" Luego, el Profeta preguntó: "¿Cuál es la recompensa de aquel que recita Surat Ya Sin?" La respuesta vino de Dios: "Consiste en ochenta versos, y quienquiera que lo recite recibirá ochenta misericordias. Veinte ángeles le llevarán veinte misericordias en su vida, veinte ángeles más le llevarán veinte misericordias en su muerte, veinte más le llevarán veinte misericordias en la tumba, y otros veinte, veinte misericordias en el Día del Juicio." El Profeta preguntó: "¿Cuál es la recompensa por recitar el Capítulo de la Unidad?" La respuesta llegó: "Los ángeles le darán para beber de los cuatro ríos celestiales que están mencionados en el Corán: el río de cristalina agua pura, el río de leche, el río de vino y el río de miel."

Ángeles de la Torah

"Y su Profeta les dijo : ¡Oh! la señal de su reino es que a ustedes vendrá, llevada por los ángeles, el Arca de la Alianza de vuestro Señor, y un remanente de lo que dejaron las gentes de Moisés y de Aaron. ¡Oh! Aquí habrá una señal para ustedes, si realmente sois creyentes" (2 :248).

Este verso muestra los poderes milagrosos de los ángeles y su habilidad superlativa para actuar en el dominio físico. Ellos llevaron el Arca de la Alianza delante del ejército de Saúl, y las reliquias que dejaron las familias de Moisés y Aarón. Los ángeles llevaron el Arca de la Alianza porque era muy importante para la humanidad. Contenía uno de los Libros sagrados, la Torah, en su forma original. Cuando Dios le ordenó a Moisés que escribiera la Torah, El dijo: "¡Oh Moisés! Debes escribirlo sobre tablas de oro." Cuando Moisés preguntó dónde podría encontrar ese metal, Dios le envío al Arcángel Gabriel y a otros noventa y nueve ángeles. Cada uno representaba un Atributo de Dios y ellos le enseñaron a Moisés ciento veinticuatro mil palabras. Con cada palabra Moisés fue elevado a un estado superior; en cada nivel Moisés vio luz viniendo hacia él desde la Divina Presencia que lo iba vistiendo, hasta que alcanzó un estado de pureza similar a la transparencia del agua cristalina. Esto provocó que los que observaban a Moisés vieran sólo luz. En ese momento, Gabriel ordenó a los noventa y nueve ángeles que lo adornaran con los atributos y poderes que ellos poseían. Moisés usaba un velo para cubrir la intensa luz que emanaba de él y que a otros causaba desmayos si lo miraban. Luego, Gabriel derramó en el corazón de Moisés el conocimiento celestial que iba a ser consignado en las tablas. El le enseñó la química del oro. Moisés sucesivamente le enseño a su hermana un tercio de esta química, a Josué otro tercio y a Aarón el último tercio. Luego él escribió la Torah en el oro que había fabricado. Todo el tiempo los ángeles parados a su lado le enseñaron cómo escribir y adornar ese libro celestial. Después, Dios creo un ángel de cuatro alas y le ordenó hacerle compañía a Moisés y ser el guardián del Arca. 

Los Ángeles del Trono.

"Y tú (Oh Muhammad) mira los ángeles amontonándose alrededor del Trono, cantando himnos de alabanza a su Señor. Se decide entre ellos según justicia. Y se dice: Alabado sea Dios, el Señor de los Mundos !" (39 :75).
"Y los ángeles estarán a los lados, y ese día, ocho de ellos llevarán encima, el Trono de su Señor" (69 :17).
   
Dios ha creado el Trono divino con luz de Su Luz. La grandeza del Trono es tal, que a su lado todos los siete cielos y las siete tierras son como una pequeña semilla de mostaza en el medio de un enorme desierto. Cuando Dios quiso mostrar la grandeza del Trono, creó un ángel con el nombre de Harquaeel. Este ángel tiene dieciocho mil alas. Deleitándose en tantas alas, este ángel fue llevado por el deseo a estimar el tamaño del Trono divino. Dios le dijo: "Oh Harquaeel, Yo sé que tienes la ambición de ver la grandeza de Mi Trono divino, por ello Te estoy otorgando dieciocho mil alas y Te estoy permitiendo volar con todo tu poder alrededor de Mi Trono divino."
Harquaeel desplegó sus alas y voló durante tres mil años luz hasta que llegó a cansarse, a pesar de que los ángeles nunca se cansan, y tuvo que descansar. Nuevamente, la orden divina vino, diciéndole: "¡Harquaeel, vuela!" Por segunda vez, el ángel desplegó sus alas y voló durante otros tres mil años luz. Otra vez se cansó y tuvo que parar. Por tercera vez le llegó la orden de seguir volando, y por tercera vez él desplegó sus alas. Voló por otros tres mil años luz hasta que volvió a parar, ofuscado por la gran distancia que ni siquiera sus alas le permitían abarcar.
   
Harquaeel preguntó a su Señor: "Oh mi Señor y Creador, dime ahora ¿cuántas veces he circundado Tu Trono?"
El Señor de los cielos y la tierra y de toda la creación respondió: "¡Oh Harquaeel! ¡Has estado volando durante nueve mil años luz, pero ni siquiera has alcanzado un pilar de la base del Trono!" Harquaeel sintió vergüenza y se arrepintió de su deseo de medir la grandeza de la creación de su Señor y de conocer la extensión de Sus secretos. Dios luego le habló y le dijo: "¡Oh Harquaeel! Si Yo te hubiera ordenado volar incesantemente hasta el Día de la Resurrección, aún así no serias capaz de alcanzar el conocimiento del primer pilar del Trono divino. Nadie puede conocer la Causa Primera excepto por Mi favor y Mi gracia."
Dios ha creado ocho ángeles para llevar el Trono divino. Estos ángeles son inmensamente poderosos e imponentes. Cada uno tiene el rostro repetido siete veces: una cara en el frente, una cara detrás, una cara a la derecha, una cara a la izquierda, una cara mirando hacia arriba, una cara mirando hacia abajo, y una cara en un punto central o corazón, conectando todas las seis caras. Esta cara es la más radiante y poderosa, es el receptáculo y fuente de la energía angélica. Estos siete rostros corresponden a los siete cielos y a las siete tierras.
   
En la corte del Todopoderoso, a estos ángeles se les ha otorgado inmenso honor. Ellos están entre los primeros ángeles creados. El primero de los ocho ángeles tiene una forma humana y esta constantemente rezando en beneficio de la raza humana, diciendo: "¡Oh Señor! entrégale a la humanidad abundante provisión y considéralos con ternura y gracia." El segundo ángel tiene la forma de un león y su plegaria es: "¡Oh Señor! entrégale su provisión a cada animal entre los depredadores." El tercer ángel tiene la forma de un buey, y él intercede a favor de los animales domésticos y las bestias de pastoreo. Él reza para que su provisión nunca les falte y para que puedan estar descansados. El cuarto ángel tiene la forma de un águila y reza para el beneficio de los pájaros y de todas las criaturas con alas. El quinto ángel tiene la forma del sol y su luz brilla sobre el planeta tierra. Él reza por el beneficio de la raza humana, animales y naturaleza, para que puedan disfrutar de la energía que se está enviando. El sexto ángel tiene la forma de un árbol cuyas hojas representan todo lo que Dios ha creado. Él reza para que todas estas hojas prosperen al recibir el néctar de la alabanza de Dios. El séptimo ángel tiene la forma de una constelación y abarca los mundos. El octavo ángel es la fuente y el centro de los otros. Él se torna hacia Dios y recibe Su luz.
  
Dios ubicó la grandeza del Trono divino sobre los hombros de estos ángeles. Sus cabezas están debajo del Trono y sus pies llegan más abajo que las siete tierras. Aunque los ángeles nunca se cansan, el peso del Trono del Todopoderoso se hizo muy pesado para ellos. Ellos eran muy débiles para soportarlo. Entonces Dios los inspiró para que Lo alaben de esta forma: "¡Gloria a Ti, nuestro Señor y la más grande alabanza! ¡Sea Tu Nombre bendecido, y Tu Fuerza y Tu Poder! No hay otro dios sino Tú." Luego el Trono puso luz sobre sus hombros.
Dios ha ordenado a todos los ángeles en los cielos ir diariamente a ofrecer sus alabanzas a los portadores del Trono. Ellos realizan su tarea de alabanza en dos turnos: un grupo los saluda a la mañana y el otro a la tarde. Dios les ha ordenado pedir perdón en nombre de la humanidad. Sus lágrimas son como ríos. De cada gota Dios crea aún más ángeles que Lo alaban y que piden perdón por los seres humanos hasta el Día del Juicio.

Los ángeles del trono siempre inclinan sus cabezas. Ellos no pueden levantar sus ojos por miedo de que la luz que viene del Trono los aniquile. Cuando el ángel Harquaeel vio la grandeza del Trono y de sus portadores, él recitó : 

Puede algo sostener al Todopoderoso -
Un servidor puede transportar cuerpo y alma.
Pero sostener el Trono de Dios -
¿Quién puede abarcar su Realidad,
Su inmensidad ? ¿Qué ojo ve la totalidad ?
De ninguna manera el ojo ve ni la palabra comprende
Excepto cuando Dios dice :
"Sobre Su Trono existe Misericordia sin fin."
Ocho son sus pilares,
Conocidos sólo por su Señor.
Muhammad está parado primero en orden, por derecho,
Luego Ridwan, Malik, Adán en columnas y brillando
Se paran ordenados por rango a su lado.
Sobre Gabriel, Miguel, e Israfil
Abraham preside:
Ocho velados en oscuridad
Vislumbran la visión:
Cómo los pilares se mantienen ocultos
En la inmensidad de sus alturas.
   

Los Cuatro Arcángeles a Cargo de la Tierra.

"Casi se separan los cielos allí arriba, cuando los ángeles cantan himnos de alabanza a su Señor, y piden Su perdón por aquellos que están en la tierra. Oh ! Dios es el Perdonador, el Misericordioso" (42 :5).
"Y cuantos ángeles hay en los cielos cuya intercesión de nada servirá, a menos que antes Dios dé permiso a quien El quiere y acepta!" (53 :26).
"Un documento escrito, que verán con sus propios ojos los allegados" (83 :20-21).
    
Hay cuatro ángeles y su innumerable séquito a cargo de este mundo. El primero es Gabriel y su ejército; él esta a cargo de los ángeles soldados y de la revelación. Gabriel asegura la victoria y es responsable de la extinción de naciones: humanas, animales, vegetales u otras, cuando Dios lo quiere. El segundo es Miguel y sus ejércitos, a cargo de la lluvia y la vegetación. El envía los alimentos para nutrir a la humanidad. El tercero es Azrail, el ángel de la muerte, y sus asistentes. Ellos están a cargo de tomar las almas de aquellos que mueren. El cuarto es Israfil y sus asistentes, a cargo de la Hora del Día del Juicio. Cuando la tierra termine, Dios ordenará a estos ángeles que saquen sus pergaminos, y ellos los llevarán. Luego, Dios les mandará que abran el Libro de la Vida. Entonces, ellos descubrirán que sus pergaminos son iguales a dicho Libro.
  
El Ángel que Transporta la Ballena que lleva la Creación

"Oh !En la creación de los cielos y la tierra y en la sucesión del día y la noche hay, sin duda, signos de Su soberanía para los dotados de entendimiento, que recuerdan a Dios de pie, sentados, o reclinados y que meditan en la creación de los cielos y la tierra, y dicen : Nuestro Señor! Tú no has creado todo esto en vano" (3 :190-191).

Al comienzo, Dios Todopoderoso en Su Majestad creó una enorme joya de peridoto verde. Nadie salvo El conoce su tamaño. Luego, el Señor guió su contemplación hacia esa joya, y la vio con una mirada de miedo. Bajo la influencia de la mirada de Dios, esta joya se convirtió en líquido y comenzó a fluctuar. Se convirtió en un mar y comenzó a hervir y a agitarse y fue movido desde sus profundidades. Mientras hervía, comenzó a evaporarse y el vapor se alzó sobre él. Este vapor continuó subiendo, y por debajo de él quedó una masa espesa y preciosa. De las capas de vapor el Señor de los mundos creó los siete cielos. De la masa primordial remanente, El creó siete capas que luego convirtió en las siete tierras. El grosor de cada una de las capas de cielo y de tierra fue de quinientos mil años luz y el del espacio que separa cada una de ellas sólo Dios lo sabe, como El dijo:

¿Entonces los creyentes no han observado
que los cielos y la tierra
fueron una sola masa,
y luego los separamos
y que del agua formamos a todo ser viviente ?
¿Ellos no creerán ? (21 :30)

Después de crear los cielos y la tierra, Dios creó un gran ángel. Entre sus cejas hay una distancia de quinientos años luz. Tiene dos alas decoradas con grandes constelaciones que despliegan sus luces como fuegos flameantes sobre sus majestuosos hombros. Un ala representa al Este, la otra al Oeste. Se le ordenó a este ángel inclinar su cuello y con ambos brazos él levantó a toda la creación alcanzando el Este y el Oeste. El llevó esta carga hasta que llegó para descansar justo debajo del Trono divino. Allí se quedará hasta el Día del Juicio.
Cuando levantó su carga, el ángel vio que sus pies se mantenían suspendidos en el aire. Entonces, Dios ordenó a los ángeles que trajeran una piedra de rubí rojo del paraíso más alto. Esta roca celestial fue colocada debajo de los pies del ángel, para que pudiera apoyarlos. Después de esto, el rubí rojo se mantuvo suspendido en el aire, entonces el Señor trajo desde el paraíso un enorme buey que tenia setenta mil patas. Este buey era tan enorme, que sus cuernos se extendían desde el paraíso más elevado hasta el pie del Trono divino. Era inmensurablemente más grande en tamaño que el ángel que llevaba los cielos y la tierra. Los ángeles colocaron la piedra de rubí rojo entre los cuernos del buey, donde estaba firmemente apoyado, pero no había nada que sostuviera los pies del buey. Por lo tanto, Dios creó una embarcación con forma de cúpula, que media de ancho una distancia de setecientos mil años luz. Los ángeles colocaron esta embarcación por debajo de los pies del buey. Así el buey se paró firmemente, pero el barco quedó suspendido en el aire. De la perfección de Su Poder divino, Dios creó una ballena con el nombre de Lutia, y le ordenó a los ángeles que colocaran la embarcación sobre su espalda, y los ángeles obedecieron. Por voluntad de Dios, el barco se sostuvo firme. En ese momento, sólo la ballena se mantuvo en el aire. Entonces Dios creó un ángel, más hermoso que la luna nueva creciente, la mitad de él es fuego y la mitad nieve. Su oración constante es: "Por el Señor que ha hecho que este fuego cohabite en paz con esta nieve, quiera Dios bendecir y perdonar a Sus seres humanos." De este modo, Dios hizo que el ángel que transporta los universos, se pare arriba del rubí rojo, colocado encima del buey, que descansa en la embarcación en forma de cúpula, que se apoya sobre la ballena Lutia, que nada en la palma del ángel de los opuestos como un anillo perdido en el medio de un gran desierto.
   
Los Ángeles Soldados

"Y cuando tú (Muhammad) decías a los creyentes : ¿No es suficiente para ustedes que Dios los ampare con tres mil ángeles enviados para ayudarlos? ¡Pues sí! si perseveran, y se alejan del mal, y el enemigo los ataca repentinamente, vuestro Señor los reforzará con cinco mil ángeles provistos de distintivos" (3 :124-125).
"Entonces Dios hizo descender sobre él (el Profeta) Su serenidad, y lo apoyó con legiones invisibles a vuestros ojos" (9 :40).
"Y Nuestro ejército, verdaderamente será el vencedor" (37 :173).
"A Dios pertenecen los soldados del cielo y la tierra...y Dios es Omnisciente y Sabio" (48 :4,7).
"¿Quién otro podría ser una legión para ayudarlos que no sea el Benefíciente?" (67 :20).
"Y nadie salvo tu Señor conoce el número de Sus soldados" (74 :31).
  
Estos versos tienen dos explicaciones, una externa y una interna. En favor de la gente recta que siguió al Profeta Muhammad, Dios ha ordenado a tres mil de los ángeles creados de la luz del atributo "al-Jalil", "el Majestuoso", descender y proteger a los creyentes contra el terror y los demonios. Estos ángeles fueron "enviados", en otras palabras, vinieron del séptimo cielo que es el paraíso superior. El segundo verso muestra que Dios ha enviado a los ángeles llevando signos de especial significado que eran visibles para los creyentes. Estos signos fueron coronas de oro en sus cabezas, que representan el estado más precioso y de mayor riqueza, ya que estos ángeles vinieron del más precioso estado de perfección en el primer paraíso. A través de la luz de sus coronas, estos ángeles eran capaces de batir a muerte a quienquiera que se les enfrentara. En el suceso de ese evento en la batalla de Badr, a los creyentes se les dio el poder de ver a esos ángeles y de creer en su ayuda por visión directa.
El significado interno de estos versos, que muy pocos creyentes experimentan, está basado en el hecho que en el Corán Dios tiene noventa y nueve Nombres y Atributos, mientras que en la Torah Él tiene novecientos uno, y en el resto de la Biblia, dos mil. En el primero de estos dos versos, Dios mencionó que estos ángeles habían sido enviados del paraíso superior, que está en el más alto grado de perfección, cerca de la Divina Presencia. Cada ángel llevaba un Atributo de los tres mil Atributos que existen en los tres Libros Sagrados. Esto significa que la ayuda sagrada vino de los tres libros celestiales y le fue dada a los creyentes y a su Profeta Muhammad. El símbolo, en este caso, es el de la unidad de la religión y la unicidad de la fe. Permite a aquellos creyentes entender que el Islam acepta a Jesús, a Moisés y a los Libros que ellos trajeron. El segundo verso define la firme realidad que demonios egoístas no pueden alcanzarlos mientras ustedes sean conscientes de la Presencia de Dios en sus corazones. Esta presencia los eleva a un estado de perfección que comprende cinco niveles diferentes. Cada nivel consiste en mil capas o estados diferentes, y cada capa esta representada por uno de los cinco mil ángeles mencionados. Cuando ustedes asciendan de un nivel a otro, ustedes serán vestidos con el poder del ángel de ese nivel. Cada nivel aumenta el poder de sus corazones doblemente, para recibir todo el poder y el conocimiento de ese nivel. Esta luz ascendente provee la llave para el nivel siguiente, y así sucesivamente, desde el primero hasta el último de los cinco mil niveles. En ese momento, ustedes serán una luz de la Luz de Dios y un diputado entre Sus ángeles en la tierra, brillando como un sol en un día luminoso. 

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