Ángeles: los protectores de la humanidad



Los tres ángeles iluminando al planeta





Yo mandaré un ángel
delante de ti para que te defienda en el camino y te haga llegar al lugar que te he
dispuesto. Acátale y escucha su voz, no te resistas (Ex 23, 20-22).



Dios  ha concedido a cada ser humano  un ángel como guía y protector contra los infortunios de las fuerzas oscuras que tientan al hombre y lo alejan del camino de la Luz.

Los ángeles son servidores de Dios, su misión principal es velar por la creación y adorar a Dios sin cesar, además ellos nos acompañan a lo largo de nuestras encarnaciones, en el plano terrenal y espiritual, ayudándonos, orientándonos, protegiéndonos en todos los asuntos y  llenándonos con bendiciones y con el Amor de Dios Todo Poderoso.

Conocer a nuestro ángel custodio, compañero de la vida, es muy importante para poder invocarlo y así recibir de él inmensas bendiciones. Establecer un continuo contacto con nuestro ángel guardián eleva la vibración personal y nos lleva hacia un proceso de ascensión espiritual. Debido a que el hombre tiene el libre albedrío para elegir entre la luz y la oscuridad, es importante pedir con claridad la intervención y permitir que los ángeles actúen con su gracia en nuestras vidas. Es muy común en la niñez establecer un contacto directo con los ángeles, ya que estamos en una etapa pura e inocente de la vida, muchos niños los llaman amigo imaginario o compañero de juego.

A veces, como estamos tan inmersos en este plano físico, pasamos por alto algunos detalles sutiles que suceden a nuestro alrededor, la sutileza con las que ellos actúan y se manifiestan son característicos de la pureza y del amor incondicional que ellos sienten por nosotros. Esto marca lo importante que es el ser humano para los ojos de Dios, Su amor es tan inmenso por nosotros que nos ha concedido guardianes que nos ayudan a llegar de vuelta a Su Gloriosa Presencia.

La protección angélica va mas allá de la aceptación humana, es un regalo de Dios, crea el hombre o no, ellos siempre están ahí acompañándonos.  Trasciende la bondad o maldad que tenga el hombre en su alma. Su voluntad de ayudar es más grande que nuestra propia voluntad de ayudarnos.

Dios nos dice en el salmo 91: Aunque a tu lado caigan mil y diez mil a tu derecha, a ti no te alcanzará... No ha de alcanzarte el mal ni la plaga llegará hasta tu tienda. Porque ha dado orden a sus ángeles para que te guarden en todos tus caminos. Te llevarán en sus palmas para que tu pie no tropiece en la piedra. Pisotearás leones y dragones, a ti no te alcanzará.

A fines de 1844, terminó Don Bosco de escribir un librito sobre la devoción al
ángel de la guarda, y decía :

Avivad vuestra fe en la presencia del ángel de la guarda, que está siempre con vosotros... Sed buenos para que esté contento vuestro ángel. En vuestras penas y desagracias, materiales o espirituales, acudid al ángel con plena confianza y él os ayudará. ¡Cuántos que estaban en pecado mortal, fueron librados de la muerte por su ángel para que tuvieran tiempo de confesarse bien! Acuérdate de que tienes un ángel por compañero, guardián y amigo. Si quieres complacer a Jesús y a María, sigue las inspiraciones de tu ángel de la guarda. Invoca a tu ángel en las tentaciones. Tiene él más ganas de ayudarte que tú de que te ayude. Sé valiente y reza. Pide a tu ángel que venga a consolarte y a asistirte en la hora de tu muerte.


La naturaleza de los ángeles es la luz y la pureza y habiten las esferas más superiores y elevadas de la Creación. Carecen de apariencia física aunque pueden manifestarse para la humanidad, según el nivel de conciencia de cada persona los ángeles pueden adoptar distintas formas físicas, pero esencialmente ellos son luz, como llamas de fuego. Su cantidad es tan infinita como el universo, las Escrituras consideran que hay millones de ángeles adorando a Dios delante de su trono. Así lo dice el Apocalipsis:

Oí la voz de una multitud de ángeles alrededor del trono, de los Vivientes y de los Ancianos. Su número era de miríadas de miríadas y millares de millares (Ap 5, 11) Y repiten sin descanso día y noche: Santo, Santo, Santo. Señor, Dios todopoderoso... Y adoran al que vive por los siglos de los siglos y arrojan sus coronas delante del trono diciendo: Eres digno, Señor y Dios nuestro, de recibir la gloria, el honor y el poder, porque Tú has creado el universo y por tu voluntad lo que no existía fue creado (Ap 4, 8-11).




Bibliografia: P.Ángel Peña O.A.R - ÁNGELES DE AQUI Y DE ALLÁ

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